miércoles, 14 de enero de 2009

LEYENDAS PREHISPANICAS

Parte II

Los Cinco Soles

Leyenda Mexica

Ometecuhtli Señor de la Dualidad y Omecihuatl Señora de la Dualidad, la pareja de la dualidad Ometeotl, vivían en el Mundo de la Oscuridad, donde no había luz, estrellas o flores. Acostumbraban pasear en la oscuridad donde sólo de vez en cuando, el brillo de los ojos de algun monstruo podía verse.


Un día, Omecihuatl tocó uno de estos monstruos y al momento se convirtió en un punto brillante y perfecto de luz. Maravillados, empezaron a tocar a todos los monstruos que podían encontrar, hasta que el firmamento estuvo repleto de estrellas. Entonces, desearon crear al mundo para no estar solos.
Ometecuhtli y Omecihuatl regresaron a casa y crearon a sus cuatro hijos:

Quetzalcoatl la Serpiente Emplumada o Tezcatlipoca Blanco

Xipe Totec Nuestro Señor el Desollado

Huitzilopochtli Colibrí Zurdo o Tezcatlipoca Azul

Tezcatlipoca Espejo Negro que Humea o Tezcatlipoca Negro



Los cuatro hermanos se reunieron y acordaron crear una obra que los venerase y dignificase como dioses. Huitzilopochtli, con su gran poder, hizo una hoguera alrededor de la cual se sentaron para hacer su obra. Quetzalcoatl y Tezcatlipoca seleccionaron un monstruo cubierto de ojos y bocas y lo partieron en dos para crear el mar y la tierra, y ser convertido en el Tlaltipac Dama de la Tierra.

Huitzilopochtli convirtió el pelo del monstruo en bosques, junglas y praderas Xipe Totec la lleno con criaturas de tierra, mar y aire. Crearon al hombre Huehuecoyotl y a su mujer y a los dos los llamaron Macehualtin, les ordenaron tener hijos que les rindieran honores como dioses. Estos hombres eran gigantes.
A medida que el mundo era más complejo, otras entidades aparecieron para ayudar a cuidar la nueva creación, Camaxtli dios de las bestias y la caza. Tlaloc, El que Hace Crecer dios de la lluvia y el agua; Opochtli encargado del mar y sus criaturas. Todo y todos tenían un cuidador que se hacía cargo de ellos: caminos, artes,creaturas, lugares. Pero los cuatro puntos cardinales eran gobernados por los cuatro gemelos: Xipetotec gobernaba el Este; Quetzalcoatl el Oeste, Huitzilopochtli el Sur y Tezcatlipoca el Norte.

Ometecuhtli y Omecihuatl estaban complacidos con la creación y empezaron a enviar gotas de luz para ser el alma de los niños y aún más, enviaban sus gotas de luz a las mujeres en cinta. Mictlantecuhtli, dios del inframundo y la muerte, se dio cuenta que el sol del Tlaltipac era muy débil, apenas una pequeña estrella, y dijo que un sol más grande y fuerte era necesario.

Quetzalcoatl tomó la hoguera y la convirtió en un inservible medio sol. Enojado Tezcatlipoca absorbe ese medio sol y él mismo se convierte en un sol completo, muy cálido e inclemente, que impedía la vida en el Tlaltipac. La maldad del sol Tezcatlipoca duró hasta que indignado Quetzalcoatl lo derriba de un bastonazo, enviándolo al fondo de un lago. Esto sucede un día Nahui-Ocelotl. Pero, Tezcatlipoca es del dios de los sueños y la magia, y tiene la habilidad de convertirse en tigre (ocelotl), su forma alterna o Nagual. Tezcatlipoca emerge del lago convertido en un jaguar y seguido de todo un ejército de estos, devorando a los gigantes.

Este sol fue llamado Tlaltipactonatiuh, el Sol de la Tierra. Desapareció en el año Ce-Acatl Uno Caña;Duró 676 años.

Quetzalcoatl se ofrece a ser sol. Fue un sol más benévolo con la vida. Las cosechas eran abundantes. Pero un día Nahui-Ehecatl, Tezcatlipoca sube a los cielos en forma de jaguar y de un zarpazo derriba a su hermano.En su caída Quetzalcoatl provoca tremendos vendavales y huracanes (pues era el dios del viento) que desgarra los cerros y destruye todo a su paso. Los dioses horrorizados, convierten en monos a los hombres para que puedan salvarse aferrandose a los árboles. Sólo sobrevive una pareja.

Este sol fue llamado Ehecatonatiuh, el Sol del Viento Desapareció en el año Ce-Tecpatl, Uno Pedernal Duró 376 años.

Ahora fue el turno de Tlaloc, dios de la lluvia de hacerse sol. Pero los descendientes de los sobrevivientes se corrompieron, desatendiendo los preceptos morales que los dioses habían impuesto, y dedicándose a los placeres malsanos, al robo y al homicidio. Pronto la tierra fue un paramo yermo. Harto de tanta podredumbre Quetzalcoatl ordena a Xiuhtecuhtli dios del fuego, que destruya a la humanidad.


Xiuhtecuhtli emerge de un gigantesco volcán en un día Nahui-Quiahuitl, comenzando a llover fuego del cielo. Los hombres piden a los dioses ser convertidos en aves para poder escapar. Los dioses los convierten, por consejo de Xiuhtecuhtli, a algunos en pájaros y a otros en guajolotes. Sólo una pareja sobrevivió el holocausto, refugiada en una cueva en lo alto de una montaña, llevando con ellos una mata de maiz y el fuego sagrado.

Este sol fue llamado Xiuhtonatiuh, el Sol del Fuego; Desapareció en el año Ce-Tecpatl, Uno pedernal. Duró 312 años


Por orden de Huitzilopochtli, Chalchiuhtlicue, la de las Faldas Esmeralda se convierte en sol. Los hombres pueblan nuevamente la tierra bajo la tutela de Tata y Nene, los sobrevivientes de Xiuhtonatiuh. Estos hombres siguen la conducta dictada por los dioses. Pero los dioses estaban desilusionados por los hombres. Tres veces los habían creado y aún no eran perfectos. Algunos eran muy altos y torpes, otros muy pequeños y débiles. Por su parte, Tezcatlipoca no estaba complacido con toda la bonanza que se vivía en el Tlaltipac, así que habla con Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y la convence de destruir por cuarta ocasión a la humanidad.

Chalchiuhtlicue, la diosa del agua, aparece en la cima del cerro llamado Atepetl en un día Nahui-Atl, y al momento de encajar su cayado en la tierra empieza a llover a cántaros. Por todo un ciclo llovió en el Tlaltipac. Conmovidos por la desgracia humana, los dioses convirtieron a los hombres en peces. La raza humana desaparecio del Tlaltipac.


Este sol fue llamado Atltonatiuh, el Sol de Agua Desapareció en el año Ce-Calli. Uno-Casa; Duró 676 años.

Llovió tanto, que al final los cielos perdieron su equilibrio y se desplomaron sobre el Tlaltipac.Avergonzados por su conducta, los dioses deciden reparar su error y en un año Ce-Tochtli se reúnen en Teotihuacan para decidir lo que han de hacer. Entonces, los cuatro hermanos crearon a cuatro hombres Atemoc, Itzacoatl, Itzmaliza y Tenoch. Luego entraron en la tierra y emergieron en los cuatro puntos cardinales, cada uno convertido en un árbol diferente.
Juntos dioses, árboles y hombres, levantaron los cielos y los colocaron en la forma en que ahora los conocemos. Pusieron las estrellas en su lugar y escalonaron el Mictlan en los nueve vados correspondientes. Al final, los cuatro hombres se convirtieron en aves preciosas. Todo quedó ordenado. Pero no había hombres sobre la tierra. A falta de materia prima con que crear al hombre, decidieron ir al Mictlan para recoger huesos de los antiguos gigantes y con eso crear al hombre. Pero ninguno quería bajar.

Tezcatlipoca no quiso molestarse en ello. Huitzilopochtli consideraba la tarea indigna de un guerrero. Xipetotec consideraba que la materia en descomposición no era buena materia prima.

Fue Quetzalcoatl quién sorteó los nueve vados del inframundo hasta llegar a la presencia de Mictlantecuhtli. Quetzalcoatl lo convence de darle uno de los huesos que había pertenecido a un gigante. Condolido del gemelo precioso, Mictlantecuhtli accede a cambio de que Quetzalcoatl haga sonar su caracol y dé cuatro vueltas alrededor de su círculo precioso. Pero Quetzalcoatl se da cuenta que el caracol no tiene agujeros por donde entrar para darle las vueltas. Así que Quetzalcoatl llama a los gusanos para que lo agujeren y a las abejas para que lo hagan sonar. Mictlantecuhtli entrega a Quetzalcoatl los huesos solicitados.

Cuando Quetzalcoatl está a medio camino de regreso con los huesos de los hombres y las mujeres, Mictlantecuhtli se arrepiente y lo persigue, mostrándole sus terribles fauces. Quetzalcoatl tropieza y cae. Al caer los huesos se desperdigan y unas codornices que estaban por ahí los picotean y los roen. El dios del Viento recoge lo que resta de los huesos y sale huyendo. Ya de regreso, Qualaztli, la doncella, molió los restos de los huesos y los puso en una vasija nuy elegante. Quetzalcoatl sangró su cuerpo sobre los huesos y modeló la figura humana, y Xipetotec le infundió la vida. Creando al hombre tal y como lo conocemos.

Ahora los dioses decidieron crear un sol. Pero, esta vez, escogerían a alguien, un hombre, para ser el sol, y que de esta manera el sol no fuera muy poderoso. Los dioses escogieron a Tecuciztecatl, un poderoso y altivo guerrero, aunque otro llamado Nanahuatzin, pequeño e insignificante, se ofrecio para ello. Los dioses decidieron que Nanahuatzin sería la luna.

Los dioses construyeron dos grandes adoratorios. El más grande y suntuoso para Tecuciztecatl y el más pequeño y sencillo para Nanahuatzin. Por trece días hicieron penitencia y ayunaron y ofrecieron ofrendas para purificar sus cuerpos y prepararlos para la gran tarea que les esperaba. Mientras tanto, los dioses prepararon una gran ceremonia.

Al término del plazo, los cuatro dioses creadores hicieron una gran hoguera en la Calzada de los Muertos, cuyas llamas alcanzaban el cielo. Huitzilopochtli ordenó a Tecuciztecatl que entrara en la hoguera para que el nuevo sol naciera. Cuatro fueron los intentos de Tecuciztecatl por arrojarse a las llamas y cuatro veces retrocedió presa del pánico. Entonces, Huitzilopochtli ordenó a Nanahuatzin que saltara a las llamas. Al ver Nanahautzin la falta de confianza y valor de Tecuciztecatl, echó a correr y saltó a las llamas. Tecuciztecatl, al darse cuenta que Nanahuatzin había usurpado su lugar y su deber, avergonzado saltó a las llamas, pero ya era demasiado tarde. Acto seguido los dioses arrojaron al fuego un águila y un ocelote, en ese orden.

Por trece días esperaron los dioses que el sol naciera. Al amanecer del día catorce, hacia el Este, un águila salió de la hoguera llevando una enorme esfera reluciente en su pico. Los dioses estaban contentos, porque ahora, los hombres que ellos habían creado eran perfectos. Ni muy grandes ni muy pequeños; ni muy fuertes ni muy débiles. Y el Sol Tonatiuh, Aguila que emprende el Vuelo; podía iluminar todo el Tlaltipac y era benefico su calor.



No alcanzaban los dioses a reponerse de su asombro cuando de la hoguera surgió un ocelote llevando entre sus garras otra esfera igual de reluciente que la primera. Quetzalcoatl pensó que no era conveniente que hubiera dos soles y más cuando Tecuciztecatl había demostrado tal cobardia. Encolerizado, tomó lo primero que encontró a la mano, un conejo, y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la segunda esfera luminosa, oscureciendo así su resplandor y marcando para siempre la cara de la luna.

Pero el sol y la luna permanecían inmóviles en el firmamento. Quetzalcoatl, ordenó a Ehecatl, dios del viento, darles movimiento, separándolos para que nunca coincidiera el uno con el otro. Pero no fue suficiente para que el sol mantuviera su curso eterno. Tonatiuh exigió que lo alimentaran con chalchiuitl(sangre). Entonces, los dioses deciden ofrecer ellos su sangre.

Fue Ehecatl, dios del viento, el encargado de sacrificar a los dioses. Uno a uno cayeron inertes ante su cuchillo de obsidiana. Pero Xolotl, dios del movimiento, se negó a morir. Logra ocultarse entre los maizales, pero es descubierto. Entonces, se esconde en el agaval y nuevamente es descubierto. Se mete en el agua transformandose en un pez monstruoso axolotl, pero Ehecatl lo atrapa y le da muerte.

Cuando todos los dioses hubieron muerto, Tonatiuh empezó su interminable camino por el firmamento. Advirtiendo a los pobladores del Tlaltipac que necesitaba sangre para tener fuerza suficiente para cruzar los cielos y cumplir con la tarea divina de darle vida al Tlaltipac.

Este fue el comienzo del Quinto Sol, el actual. Llamado Ollintonatiuh (Sol del Movimiento) El nombre de este Sol es naollin (4 movimiento). Este ya es de nosotros, de los que hoy vivimos. Esta es su señal, la que aquí está, porque cayó en el fuego el Sol en el horno divino de Teotihuacan. Fué el mismo Sol de Topiltzin (nuestro hijo) de Tollan, de Quetzalcoatl. Antes de ser este Sol, fué su nombre Nanahuatzin, que era de Tamoanchan. Aguila, tigre, gavilán, lobo; chicuacen ecatl (6 viento), chicuacen xochitl (6 flor); ambos a dos son nombres del Sol. Lo que aquí está se nombra teotexcalli (horno divino), que cuatro años estuvo ardiendo. Tonacateuctli (el Señor de nuestra carne) y Xiuhteuctli (el Señor del año) llamaron a Nanahuatzin y le dijeron: "Ahora tú guardarás el cielo y la tierra."

Se dice que si los pobladores del Tlaltipac no muestran ser merecedores de este mundo, en un día Nahui-Ollin, el quinto sol será destruido para dar paso al sexto sol. La destrucción de esta era será a través del movimiento y hambre ya que Xolotl, dios del movimiento es el encargado de esta era.

domingo, 11 de enero de 2009

LEYENDAS PREHISPANICAS

Parte I



El Sol y la Luna

Leyenda Teotihuacana


Antes de que hubiese día o noche, se reunieron los dioses en Teotihuacan y dijeron... ¿Quién alumbrará el mundo? Un dios rico de nombre Tecuzitecatl, dijo yo tomo el cargo de alumbrar el mundo. ¿Quién será el otro?... Como nadie respondía, se lo ordenaron a otro dios que era pobre y buboso Nanahuatzin.

Después del nombramiento los dos comenzaron a hacer penitencia y a elevar oraciones. Tecuzitecatl el dios rico ofreció plumas valiosas de un ave que llamaban quetzal, pelotas de oro, piedras preciosas, coral e incienso de copal. por el contrario el dios Nanahuatzin, ofrecía cañas verdes, bolas de heno, espinas de maguey cubiertas con su sangre, y en lugar de copal, ofrecía las postillas de sus bubas.


Al terminó las penitencia que ofrecian los Nanahuatzin y Tecuzitecatl, comenzaron los oficios para dar vida al dia y la noche. Los dioses regalaron al dios rico un hermoso plumaje y una chaqueta de lienzo y al dios pobre, una estola de papel. Después encendieron fuego y ordenaron al dios rico que se metiera dentro.


Pero tuvo miedo y se echó para atrás. Lo intentó de nuevo y volvió para atrás, así hasta cuatro veces. Entonces le tocó el turno a Nanauatzin que cerró los ojos y se metió en el fuego y ardió. Cuando el rico lo vio y le imitó. A continuación entró un Aguila, que también se quemó por eso tiene las plumas hoscas, color moreno muy oscuro o negrestinas; después entró un Jaguar que se chamuscó y quedó manchado de blanco y negro. Los dioses se sentaron entonces a esperar de qué parte saldría Nanauatzin; miraron hacia oriente y vieron salir el Sol muy colorado; no le podían mirar y echaba rayos por todas partes. Volvieron a mirar hacia Oriente y vieron salir la Luna.

Al principio los dos dioses resplandecían por igual, pero uno de los presentes arrojó un conejo a la cara del dios rico y de esa manera le disminuyó el resplandor. Todos se quedaron quietos sobre la tierra; después decidieron morir para dar de esa manera la vida al Sol y la Luna. Fue el Aire quien se encargó de matarlos y a continuación el Viento empezó a soplar y a mover, primero al Sol y más tarde a la Luna. Por eso sale el Sol durante el día y la Luna por la noche.



El conejo en la Luna

Cuento Mexica

Quetzalcóatl el dios grande y bueno, se dispuso a conocer todos sus dominios y la tierra por completo, emprendio su viaje por el mundo en figura de hombre. Como había caminado todo un día, con la caída de la tarde se sintió fatigado y con mucha hambre.

Pero todavía siguió caminando, caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.


¿Qué estás comiendo? - le preguntó.-Estoy comiendo zacate; ¿Quieres un poco?-Gracias, pero yo no como zacate.-¿Qué vas a hacer entonces?-Morirme tal vez de hambre y de sed. El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme conmigo calmaras tu sed y hambre hasta que encuentres algo major para comer y beber.

Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre se ha de acordar de ti.Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.




TEOTIHUACAN

Ciudad de Dioses


Del lenguaje Nahuatl, es el nombre dado por los Mexicas al centro urbano más densamente poblado de Mesoamerica y el de mayor apogeo durante el Periodo Clasico y actualmente una zona arqueologica ubicada en el valle del mismo nombre, a 40 kilómetros al noreste de laCiudad de México y forma parte de los municipios de San Juan Teotihuacan y San Martin de las Piramides, en el estado de México.

La ciudad llegó a tener una superficie de aproximadamente 21 km2, en la actualidad el conjunto de monumentos arqueológicos que se encuentra abierto a la visita del público representa aproximadamente la décima parte de la ciudad original. Llegó a contar con una población de entre 150 y 200 mil habitantes en su época de mayor esplendor.

Vida Cotidiana

Algunos grupos se instalaron en el valle de Teotihuacan para formar algunas aldeas agrícolas, aprovechando los manantiales y las tierras fértiles del lugar. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo; gracias a eso, Teotihuacan extendió su dominio a muchos lugares. La gente del pueblo se dedicaba, fundamentalmente a la agricultura; cultivaba maíz, frijol, chile y calabaza.


Los artesanos fueron muy apreciados en Mesoamérica; hicieron vasijas, ollas, platos y vasos que se diferencian de la cerámica de otras culturas por el color y el decorado. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo. Con la obsidiana y el jade tallaron máscaras, cuchillos, orejeras, collares y figurillas; también trabajaron la concha y el hueso.

El desarrollo de Teotihuacan fue lento. Hacia el año 400 a.C., la población constituía un asentamiento de unas cuantas aldeas a las que se sumarían los sobrevivientes de Cuicuilco, los cuales contribuyeron a engrandecer la ciudad. Este centro ceremonial alcanzó su máximo esplendor entre los años 350 y 650 d.C.

Organizacion Socia y Religiosa.

La fuerza de la organización teotihuacana, y de otras culturas clásicas, derivaba de la religión. En Teotihuacan se veneraron dioses como:

* Tláloc: Dios de la lluviay la fertilidad

*Quetzalcóatl: Señor del viento y de la auroradios creador,dios de la sabiduría.

*Chalchiuhtlicue: Diosa y señora de ríos y mares

* Huehuetéotl: El Dios viejo y del fuego


Posteriormente fueron adoptados por otros pueblos; La grandeza de este Estado Teocrático se produjo gracias al poder político ejercido por los sacerdotes, quienes monopolizaban los conocimientos, cumplían las funciones religiosas, controlaban la administración, la producción y el comercio.



Teotihuacan fue una gran sede comercial. Construyó canales para la irrigación de sus parcelas y llegó a controlar la producción de toda la cuenca de México. Se hicieron grandes plazas, habitaciones para los sacerdotes, una calle principal conocida como Calzada de los Muertos y grandes templos dedicados al Sol, la Luna y Quetzalcóatl. Las paredes de los templos se aplanaban con una masa de yeso y arena llamada estuco, sobre la cual pintaban murales. Alrededor del centro ceremonial vivía la gente del pueblo.

El poderío de los teotihuacanos se eclipsó intempestivamente, entre el año 650 y 700 d.C. Teotihuacan sufrió una gran emigración de la que se desconocen las causas. El único rastro de su cultura se depositó en los Toltecas, los cuales conservaron muchos de sus rasgos y harían gala de haberse convertido en sus descendientes.

La civilización Tolteca cuando conoció el sitio de Teotihuacan lo adoptó como suyo y como ciudad santa. Su costumbre fue la de enterrar allí a sus grandes señores. Los toltecas construyeron el Palacio de Quetzalcoatl. Lo mandó levantar el rey Mitl, que vivió desde el 770 al 829. Cuando se descubrió debajo de la pirámide lisa salió a la luz toda su decoración de mosaicos hechos con piedras, las cabezas y símbolos divinos del dios Tláloc, el dios de la lluvia y señor del trueno y numen local del valle de México, y del dios Quetzalcoatl.

Calzada de los Muertos


Esta calzada llamada así por investigadores posteriores que pensaron que en sus estructuras se alojaban tumbas de dignatarios, fue eje de la ciudad y centro ceremonial. Estaba flanqueada por las más vastas construcciones de toda Centroamérica. La organización urbana de esta gran ciudad influyó grandemente en toda Centroamérica.


Comienza esta gran avenida en el recinto de la pirámide de la Luna y va a morir en el recinto que los españoles del siglo XVI llamaron Ciudadela. Su longitud es de 2 km, tiene una anchura de 40 m y está orientada 15º 30’ al este del norte astronómico, como ocurre con casi todas las construcciones de este lugar.

A lo largo de la calle se encuentran los edificios más importantes destinados a templos, palacios y casas de personajes de altura. Allí están, además de las dos grandes pirámides, la Casa del Sacerdote, el palacio de Quetzalpapalotl (Quetzalmariposa), el palacio de los Jaguares, la estructura de las caracolas emplumadas, el templo de Quetzalcóatl, la ciudadela y muchas edificaciones más que en su día fueron de gran belleza. En uno de los aposentos se descubrieron pisos construidos con dos capas de láminas de mica de 6 cm de espesor, que fueron cubiertas más tarde con tezontle.



Pirámide del Sol


Construida 50 D.C a 200 D.C Es la mayor de las pirámides de la ciudad; su estructura es la de mayor volumen de todo el recinto y es también la segunda en tamaño de todo México con una altura de 63.5 metros, sólo superada por la de Cholula, la base ocupa 45000 metros cuadrados. No existe prueba de que los teotihuacanos la hayan llamado de dicha forma, al igual que la de la Luna. Aquí es donde se oculta el sol hasta el 13 de Agosto.




Pirámide de la Luna



Tiene un tamaño menor que el de la pirámide del Sol, pero se encuentra a la misma altura por estar edificada sobre un terreno más elevado. Su altura es de 45 m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada diosa de la Agricultura que los arqueólogos sitúan en época tolteca primitiva.


Se encuentra esta pirámide situada muy cerca de la del Sol, cerrando por el norte el recinto de la ciudad. Desde su explanada se inicia el recorrido de la Calzada de los Muertos.

Palacio de Quetzalcoatl.

Llamado también Quetzalpapalotl, que es la traducción de la palabra componente papálotl. Está en el oeste de la plaza de la pirámide de la Luna. Es quizás el edificio más lujoso de la ciudad y uno de los más importantes. Fue la residencia de un personaje notable e influyente. Está ampliamente decorado con murales muy bien conservados, sobre todo el color rojo que era el preferido de aquella civilización. Las partes bajas del edificio conservan el color original. Tiene un patio, llamado de los Jaguares; éstos están decorados con bellos bajorrelieves. Hacia la mitad puede verse la representación del dios Quetzalcoatl con los símbolos que le relacionan con el agua. Este palacio muestra un buen ejemplo de lo que debieron de ser los decorados teotihuacanos.